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Blog: Mi experiencia con el TEA

  • Foto del escritor: Gaby Alvarez
    Gaby Alvarez
  • 7 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 17 jun 2020

En mayo del 2019 su logopeda de la guarde quiso hablar con nosotros de ciertos comportamientos que Matheo tenía y otros que no tenía y que para su edad debería tener adquiridos. Ese día salí de su guarde con mi mundo por el piso, mis sospechas se estaban haciendo ver y me sentía una mala mamá.

Empezamos las diligencias médicas, otorrino para ver si oía bien porque cuando lo llamabas por su nombre no volteaba, neurólogo para ver si todo iba bien, fueron pruebas muy fuertes, Matheo no soportaba nada en la cabeza y que le pusieran tantos cables con un gorro fue muy rudo. Después de varios meses de espera, no fue hasta octubre que tuvimos el resultado final (vino el verano y todo se paralizó), tuvimos la cita “final” con el neurólogo y nos dijo que Matheo estaba perfecto que todas las pruebas habían salido bien y que incluso no necesitaba #AtencionTemprana (terapias) que con su día a día en la guardería él iba avanzar. Por supuesto salimos súper felices con el “diagnóstico” porque no tenía nada médico que estuviera mal.

Matheo en septiembre decía las letras y los números muy bien, en octubre cuando tuvimos la cita ya no los decía tanto pero yo confié en el doctor y pensé que era algo momentáneo. Para noviembre en el colegio me volvieron a decir que Matheo se atrasó, se estancó, no avanzó, y yo también en casa si me di cuenta de que ya no repetía los colores como antes, incluso hasta nos ignoraba en el momento de “jugar” con los libros y los colores.

Desde la guardería nos hicieron los trámites para tener una valoración en un centro de atención temprana con especialistas en el área. Acudimos a la cita y el 13 de diciembre del 2019 después de un largo examen físico y teórico con nosotros y con Matheo nos dieron el diagnóstico no médico de que Matheo tenía todas las características para ser un niño TEA. Son muchas las características, caminar de puntillas, aleteo de manos, movimiento repetitivo de manos o dedos, falta de lenguaje, no señalar, no juegos de simulación, girar en círculos, tener reacciones algunos tactos.

Este día se me volvió a caer mi mundo, me volví a sentir mala madre, no confié en mi intuición de madre cuando la cita con aquel médico y me dejé llevar por los doctores, y empecé con los porqués, “porqué a mi”, “porqué mi hijo”, “porqué a nosotros”, “que hicimos mal”, “ahora que hacemos”, “como va a crecer así”, un sin fin de preguntas que de todas las que te haces con un diagnóstico así aún ahora no tengo todas las respuestas.

Ese viernes 13 de diciembre lo pasamos mal, muy mal, gracias a Dios tengo una familia y unas amigas que valen oro y más y siempre estuvieron ahí apoyándonos💙 El sábado lo llevamos a un acuario y empezamos a tener respuestas cómo ejemplo “ya se porque actuaba así”, “ya se porque no quiere esto” y muchas respuestas más.

El lunes 15 ya estábamos en el centro de atención temprana del gobierno metiendo los papeles necesarios para que atiendan a Matheo por la SS, porque todo esto acarrea un gasto muy grande adicional.

Dando estas fechas quiero decirles que nuestro “duelo” por llamarlo así duro NADA, reconocimos, aceptamos y avanzamos qué es lo que se tiene que hacer en casos así. Hacerlo todo rápido por tu hijo porque mientras más temprano mejor.

Cuando empezamos este nuevo mundo yo solamente decía “sólo quiero que mi hijo hable” porque me daba (y aún me da) temor que no sepa expresarse tanto en la calle como en la casa. Todavía me dicen que no hay seguridad que hable perfecto porque eso se ve con el avance que él tenga, pero yo estoy 100% segura que mi hijo va hablar y va a poder comunicarse completamente bien y va hacerse entender ante el mundo.

Matheo empezó el 3 de febrero del 2020 sus terapias en un centro privado (del público aún no tengo respuesta) y en tan solo 10 sesiones que ha tenido hemos visto un avance INCREÍBLE que cuando empezó su terapeuta nos dijo que según el informe que le dieron pensó que iba a tener a un niño complicado y gracias a Dios que no, que Matheo hace caso, responde a su nombre, dice los colores, los números, y ahora hasta repite todo lo que le digas.

Con todo esto quiero decirte que SI SE PUEDE, nada es imposible y mucho menos cuando se trata de nuestros hijos.

Si notas algo, lo más mínimo, si tú como madre o padre crees que algo “no va bien” busca ayuda, pregunta, infórmate, un diagnostico a tiempo puede ayudarte mucho.



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